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“Cuando nuestras dos familias decidieron construir aquí, en el corazón de uno de los lugares más increíbles de la Patagonia, nos paramos en la playa, mirando esta bahía de azules profundos y fauna única, y nos comprometimos a hacer nuestro mejor esfuerzo para generar el menor impacto posible y transmitir estos valores a nuestros huéspedes”, explica uno de los desarrolladores de Océano Patagonia, Marcelo Battilana.

Con esa misión, priorizaron el uso de recursos zonales, proveedores locales, materiales de construcción reutilizados y tecnología ecológica nacional. Ahora este trabajo está siendo reconocido por la industria hotelera con Océano Patagonia elegido como uno de los finalistas que compiten por el premio “Hotel Responsable” del concurso de Hotelería Sustentable. La mayoría de los materiales empleados en la construcción fueron comprados en la provincia. Actualmente, la comida y los productos para el cuidado corporal que se utilizan en Océano Patagonia también son aportados por empresas y emprendedores del lugar.

“El desafío de abastecimiento con proveedores locales ha abierto muchas nuevas relaciones en todo el país y nos ayudó a iniciar una conversación más amplia sobre nuestra responsabilidad con el medio ambiente”, explica la cofundadora de Océano Patagonia, Sharilyn Amy, y continúa: “Realmente no hay otro lugar en el mundo como la Península y queríamos hacer todo lo posible para tomar decisiones que protegieran este oasis y abordaran los principales problemas ambientales del área: la energía y el agua”.

Para sus impulsores, Océano Patagonia es más que un simple desarrollo comercial. “Queremos dar un ejemplo a nuestros hijos: es posible hacer negocios de forma responsable”, complementa Marcelo.

Descanso en un área soñada

Las eco-suites de Océano Patagonia se encuentran en la playa, en el corazón de Península Valdés. La zona es un santuario para muchas especies de animales que viven en el lugar durante todo el año, y para otras que vienen durante varios meses para reproducirse y dar a luz a sus crías.

El hotel dispone de once condominios de lujo decorados con un estilo moderno, todos con patio privado, cocineta, TV y Wi-Fi.  El equipo de conserjería está a disposición las 24 horas del día para organizar excursiones y brindar recomendaciones y consejos sobre las maravillas de la zona.

Con la playa a sus pies y aventuras durante el año entero, el huésped apenas llega ya está listo para salir a explorar. El equipo de Océano Patagonia siempre espera a los viajeros con ganas de darles la bienvenida a este rincón espectacular de Puerto Pirámides.

Alojamiento de lujo en un santuario natural

Situado a pocos pasos de la arena en uno de los milagros más impresionantes del mundo, las habitaciones ecológicas de Océano Patagonia miran hacia una bahía tranquila habitada por la ballena franca austral, orcas, elefantes marinos y muchos animales más. Por eso los huéspedes pueden dormir escuchando los sonidos de los cetáceos acompañando a sus crías en nuestro golfo, un lugar tan especial que ha sido designado como Patrimonio de la Humanidad y Reserva de Biosfera por la UNESCO.

Cada una de las once suites del hotel cuenta con patio o balcón y vistas panorámicas del océano Atlántico. Espiar grupos de ballenas nadando en las aguas turquesas de la bahía directamente desde la habitación es una experiencia única.

Océano Patagonia se encuentra en Puerto Pirámides, el único pueblo de Península Valdés, en el norte de la provincia de Chubut. Se pueden realizar consultas o reservas comunicándose vía WhatsApp al +54 9 11 6730-7300 o escribiendo a [email protected]. Más información: http://www.oceanopatagonia.com/es

Una mirada ecológica

Cuidar la energía y el agua y minimizar el impacto sobre el medio ambiente son premisas que guiaron la construcción y aún rigen el funcionamiento de Océano Patagonia. Para hacer realidad estos principios rectores, sus responsables invirtieron en tecnología para hacer frente a los desafíos de la zona, instalando:

•Geotermia para dar calefacción, aire acondicionado y agua caliente usando solo el 5% de la energía de otros sistemas.

•Sistema de aguas grises, reduciendo el consumo de agua y cloaca en un 50%.

•Lámparas de LED, propiciando un ahorro en el consumo eléctrico del 20%.

•Mampostería retak para mejorar la aislación térmica.

•Carpintería de DVH A30 New con ruptura de puente térmico para optimizar el aislamiento.

•Madera reciclada para los muebles, fabricados en una carpintería artesanal con el objetivo de incentivar la mano de obra de productores argentinos de pequeña escala.

•Paneles fotovoltaicos a fin de contribuir a la generación de energía para compensar el ya reducido consumo del edificio.

La experiencia de una huésped en primera persona

Cuando mis amigas sugirieron ir a Península Valdés para festejar el cumpleaños de una de ellas en abril, pensé que sería una interesante aventura para descubrir nuevas maravillas en ese lugar fuera de la temporada de ballenas. Pasamos cinco días espectaculares hospedadas en un hotel increíble, con un clima delicioso y rodeadas de naturaleza.

Uno de los aspectos que más disfruté de nuestra visita en temporada baja fue evitar los tumultos de gente. Pudimos apreciar distintos tipos de animales y ver en primera persona las rutinas diarias en su hábitat natural. Visitamos una playa con un mar verde aguamarina donde miles de pingüinos tomaban sol y vimos orcas acercándose sigilosas a la costa en busca de algún lobo marino bebé distraído que les sirva de tentempié ¡por suerte esto no sucedió en presencia nuestra! También nos cruzamos con guanacos e hicimos una excursión en búsqueda de las toninas, unos delfines de color blanco y negro que se divierten saltando las olas que se originan desde la embarcación.

La frutilla del postre de nuestro viaje fue el alojamiento. Océano Patagonia es el significado exacto de lo que es un hotel sustentable. Desde su diseño, hace que puedan operar con el menor impacto posible sobre el medio ambiente. Las ecosuites de Océano Patagonia se encuentran en la playa de Puerto Pirámides, una bahía de azules profundos. Una experiencia maravillosa fue caminar disfrutando de las formaciones rocosas que la rodean con algas de color fucsia y verde manzana.

El compromiso del hotel para apoyar la economía local y los desayunos en el balcón con productos de la zona y mirando el mar también fueron de otro mundo. La atención del personal y su predisposición para recomendarnos los atractivos de la región fueron impecables. Siempre amigables y dispuestos, conocen muy bien el lugar y con sus sugerencias pudimos aprovechar nuestra visita al máximo.