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“Me defino como un artista que muestra lo que vive y le apasiona, yo me crié entre cuadros de mi padre y rodeado de la naturaleza. Fue con lo que crecí y eso es lo que me da identidad. Elegí como medio para compartir, todo lo que me rodea, mi cámara y la fotografía, buscando captar esos momentos irrepetibles y queden congelados para siempre”. (Elías Sedita)

Su trazado aventurero e itinerante, fue atravesando y bordeando la Cordillera de los Andes. Eso lo atrajo y sedujo y comenzó a enfocarse cada vez más en esos picos, ya que sobre esas míticas montañas, desde muy chico, venía escuchando leyendas sobre los lugareños, sus cumbres nevadas, lagos, glaciares, bosques y todo el ecosistema que poseen y las conforman plenamente. En esta producción fotográfica, el gran hilo conductor del artista cordobés Elías Sedita, es la ruta 40, y la gran protagonista es, sin lugar a dudas, la Cordillera de los Andes.

Elías, ¿qué emoción querés lograr en los espectadores de tus obras?

-Trasmitir y compartir esa misma emoción que yo sentí al momento de fotografiar, ya sea un paisaje, la luz que se dio en ese instante, o la combinación de sucesos que no volverán a repetirse. Luego los espectadores se ligan con mis fotos de formas diferentes y les provocan emociones diversas, es como que la fotografía conecta con cada una de ellas en forma especial, ya sea porque sienten ese sentimiento que quedó plasmado, les trae algún recuerdo, o simplemente porque les llamó a atención.

¿Por qué elegiste los Andes en esta producción?

-Desde muy chico me llamaba la atención la inmensidad de las montañas, la naturaleza circundante y todo lo relacionado con ella. Y poder conocer y recorrer el país, era algo que tenía pendiente desde hace mucho tiempo. Buscando e investigando, me di cuenta que la mejor forma de descubrirlo era a través de la mítica ruta 40, que recorre todo el país de sur a norte por más 5.000 kms.

¿Cómo fue la aventura de tu viaje?

-Para esta producción realicé varios viajes en diferentes épocas del año, ya que cada parte cambia según la estación. Un tiempo antes de viajar investigaba sobre el recorrido que iba a hacer, recolectando información de internet, libros o amigos, así que ya salía con una ruta marcada, luego se iba improvisando y acomodando a las condiciones del momento. Muchas veces andaba por lugares muy poco transitados y pasaba varios días sin contacto con ciudades o pueblos, así que en mi vehículo, iba preparado para cocinar y dormir en cualquier lugar que me sorprendiera la noche. Luego, para llegar a sitios alejados andaba mucho, realizando largas caminatas y acampando en medio de la montaña en soledad y así poder fotografiar los amaneceres y atardeceres que es cuando se da la mejor luz. La naturaleza a cada instante, me iba sorprendiendo y continuamente la luz, el clima, la vegetación, eran diferentes y en cada día había algo nuevo por descubrir.

¿Qué conceptos u objetivos perseguís a la hora de emprender una

producción fotográfica?

-Si es una producción propia, primero lo que busco es hacer y mostrar algo que a mí me llama la atención y apasiona, ya que de esta forma me sale naturalmente y el resultado final creo va ser mejor logrado. Luego veo cual es la mejor forma de mostrarlo manteniendo algunos parámetros ya sean geográficos o de temática de la producción y así poder enfocarme mejor. Por otro lado, es hacer conocer esa inmensa naturaleza, es como una invitación para que las personas puedan conectarse y recorrer esos sitios a través de las fotografías, y también para que podamos cuidar y proteger esos rincones naturales.

¿Qué otra naturaleza te impacta?

-Me apasiona disfrutar visualmente montañas, glaciares, bosques, desiertos y salares. Los animales salvajes en su hábitat natural, son algo increíble y me llaman mucho la atención. Me resulta atrapante recorrer restos de bosques petrificados hace millones de años, las formaciones que han dejado la erupción de volcanes, cómo se fueron formando las montañas… todo lo relacionado con la naturaleza es algo que me conmueve y deseo transmitir.

¿Cuáles son tus sueños futuros?

-Algo que tengo pendiente y quiero hacer es poder recorrer toda la Cordillera de los Andes, la más extensa del planeta, que se  extienden por más de 7.500 kilómetros atravesando siete países: Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela. Pude recorrer mucho, pero todavía me queda por conocer la parte de Colombia, Ecuador y Venezuela.

Y una vez terminado mi periplo, quiero ver la posibilidad de publicar un libro sobre toda la Cordillera de los Andes.  Posee lugares mágicos donde todos los elementos de la naturaleza están presentes, creando un paraíso natural único. Increíble variedad de paisajes y climas, desde los lagos y glaciares de la Patagonia hasta los desérticos y áridos paisajes del norte.

Altiplanos sinuosos, montañas escarpadas, bosques frondosos y antiguos glaciares, van esculpiendo el paisaje de los Andes, paisajes que han comenzado a formarse hace treinta millones de años, y se encuentran en constante evolución.