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Hasta hace algún tiempo, ir de campamento estaba asociado a la austeridad. Se trataba de un opción recreativa elegida por quienes aceptaban pasar ciertas privaciones o incomodidades a cambio de permanecer todo el tiempo posible al aire libre e interactuando con el entorno. Y por una cantidad de dinero menor en comparación a otras formas de alojamiento.

Sin embargo, las épocas cambiaron y hoy es posible aprovechar una alternativa turística diferente, que combina dos universos en apariencia disímiles. Gracias al glamping, actualmente se pueden disfrutar las mágicas rutinas de acampar pero contando con las prestaciones que caracterizan a los establecimientos hoteleros más prestigiosos.

Acampando con estilo

La idea de glamping proviene de la expresión inglesa glamorous camping. Si bien como producto turístico es bastante reciente, el término comenzó a usarse a fines del siglo XIX de la mano de los primeros exploradores ingleses que empezaron a actuar como anfitriones de turistas en África.

Hay quienes ubican el origen más lejano del glamping en los viajes que realizaban monarcas en la antigüedad. A la hora de alejarse de sus castillos o palacios, los reyes se instalaban en grandes tiendas de campaña que buscaban brindarles, al menos en parte, el bienestar que gozaban de manera cotidiana.

El glamping, en cierta forma, invita a reproducir esas travesías hacia la aventura con detalles de lujo y asegurando el bienestar. Puede desarrollarse en carpas que ya se ofrecen armadas e instaladas en el sitio de acogida, aunque también hay emprendimientos que ponen domos y containers a disposición de los visitantes.

Vivencias inolvidables

Los huéspedes suelen contar con servicios de ropa blanca, mucama y conexión WiFi en el predio. También es habitual que se encuentren con propuestas gastronómicas de alto nivel. Los lugares de glamping, por otro lado, suelen disponer de sectores de uso común para todos los viajeros, como piscinas, spa o canchas deportivas.

La diferencia con los hoteles tradicionales radica en la proximidad a los atractivos naturales. El aroma de las flores y el canto de las aves es una compañía constante de los afortunados visitantes, quienes tienen a su alcance paisajes deslumbrantes a todo momento. El glamping, asimismo, promueve el ecoturismo. Realizar trekking, pasear en bicicleta y escalar están entre las actividades que habitualmente están contempladas en esta clase de viajes. Hay que considerar, además, que el glamping siempre es respetuoso con el medio ambiente: esa es una de las premisas ineludibles de este tipo de emprendimientos que buscan un acercamiento a la flora y la fauna, pero sin que configure una invasión.

Opciones en cada rincón argentino

Argentina es un país maravilloso para recorrer de punta a punta. Hacerlo a través del glamping es un recurso que seduce a mujeres y hombres deseosos de deleitarse con unas vacaciones diferentes.

La maravillosa Patagonia es lugar propicio para el glamping. En el corazón del Parque Nacional Los Alerces se encuentra Eco Domos Lago Verde. Sus domos ecológicos se integran al bosque y permiten descansar en un confortable sommier, a escasos metros del bellísimo Lago Verde de donde parten sus excursiones de Kayak de travesía.

Un poco más al sur, Chalten Camp propone descubrir El Chaltén con una nueva mirada. Ofrece ocho domos levantados sobre pilotes con baño privado, camas queen-size y salamandra a leña para calefaccionar. Todas las unidades disponen de vista panorámica al monte Fitz Roy. En el campamento también hay un domo comedor, mesas de picnic, hamacas y sillas ubicadas junto al Río de las Vueltas.

Pristine Luxury Camps, en tanto, propone realizar glamping en El Calafate, Iguazú o Salinas Grandes. En todos los casos, se brinda un servicio de primer nivel en marcos naturales incomparables.

Los domos también están presentes en la Estancia Puesto Viejo de Cañuelas, en suelo bonaerense. Son unidades dobles o triples con baño privado y pensión completa. Las cabalgatas y el acceso al fantástico laberinto que se encuentra en el predio son actividades que complementan el alojamiento a la perfección.

Del calor africano a la gélida Antártida

Los campamentos glamorosos se distribuyen a nivel mundial. Los hay en lugares agrestes y poco concurridos, pero también en zonas de gran caudal turístico. El glamping, al fin y al cabo, dice presente en todo el globo terráqueo.

En 2021, un glamping sorprendió al ser elegido por los lectores de “Travel + Leisure” como el mejor alojamiento del planeta. Su nombre es Mahali Mzuri y se localiza en la reserva natural Masái Mara de Kenia.

Con doce carpas de lujo que tienen baño en suite y deck privado, el complejo ostenta una ubicación privilegiada, con vistas a un valle donde conviven leones, cebras, jirafas y otros animales salvajes. La estadía incluye dos salidas diarias de safari con el acompañamiento de guías especializados. Mahali Mzuri integra la marca Virgin Limited Edition, propiedad del millonario Sir Richard Branson.

El glamping puede llevar del calor del continente africano al hielo perpetuo de la Antártida. White Desert es una empresa que tiene tres campamentos de lujo en territorio antártico: Whichaway, Wolf’s Fang y Echo. Si bien los tres son fascinantes, Echo es el más  extraordinario ya que consta de seis cápsulas de inspiración espacial, similares a las que usan los astronautas. Su estructura es de fibra de vidrio y presentan ventanales que se extienden desde el piso hasta el techo para sumergirse en un entorno que parece lunar. El glamping, en muchos casos, es algo de otro planeta…


Autor: Texto Kamala Bonifazi. Fotos: Gentileza Frontera Sur EVT y Pristine Luxury Camps